Ya
han pasado las fiestas, la feria y la jornada de las Casas de Aragón.
Esperamos que todos lo hayamos pasado bien. Pero seguro que nadie se
lo ha pasado tan bien como el Señor Alcalde. Ha sido un empacho de
representantes políticos. Actos, discursos, entrega de premios,
paseos decimonónicos… Un baño de gloria, sin duda. ¡Qué bonito
que es ejercer de maestro de ceremonias y disponer, sin ningún tipo
de traba, de tiempos, espacios y personas! Tal despliegue tendrá
recompensa sin duda. Ya veremos para quien.
¡Qué
ilusión hace enseñar a los amigos de la capital la finca del campo!
Todo
el mundo está contento. Quedo muy claro en alguno de los discursos,
en los que se auto alababa la nueva actitud del equipo de gobierno
que, en minoría, cuenta con el resto de grupos políticos del
Ayuntamiento para, juntos en alegre camaradería, colaborar de manera
desinteresada por el bien del pueblo. Es muy fácil, nadie va a decir
nada (no es el momento).
Sancho
gobierna solo, sin contar con nadie para nada. Y ahí nos lo
tragamos, con patatas, mientras Consejeros y otros políticos,
observan encantados.
La
política del grupo municipal del PSOE se ha quedado en el siglo
XVIII (siendo generosos). Todo para el pueblo, pero sin el pueblo.
El
colmo nos pareció la entrega de reconocimientos previa a la
pastorada. El intento de acaparar protagonismo llegó al extremo.
Incluso el Sr. Consejero parecía incómodo. Creemos que era un acto
de carácter local e íntimo, no institucional. No, creemos que las
cosas no se hacen así. No vale todo. ¿O quizás sí?
De
la pastorada no hablaremos mucho. Esperábamos alguna crítica contra
Podemos, contra nuestro trabajo en el Ayuntamiento, hasta contra
nuestras personas… Y nos habría parecido sano. Pero parece que no
se puede “ofender” a nadie. Esperamos que el año que viene nos
caiga alguna.
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